Siento que estoy
ante un ovillo de lana al que no le encuentro la punta para empezar a
desovillarlo. Que luego, una vez que la encuentre, que creo que esta
atada, voy a desandar todos sus caminos, voy a liberarlo de él
mismo, de su auto encierro, de sus mil vueltas, sus cavernas,
escondites. Voy a liberar sus partes aireadas que pierden el color,
sus partes internas que no respiran desde que nacieron en aquella
maquina industrial ¿o fue de las manos curtidas que hilaron el pelo
de una oveja? Ya ni sabe, no se acuerda. Voy a relajar todas sus
fibras estiradas.
Cuando este toda
afuera, toda libre, cuando toda la lana tenga ya el mismo grosor y
color de punta a punta, cuando pueda crear de nuevo sus curvas, como
más le plazca o se deje moldear por nuevos espacios. Amo verte
improvisar un baile nuevo, mi querida lana.
Pues bien, entonces,
cuando seas libre decíamos, ahí qué hacemos? Hacia dónde vamos?
¡Bailemos lana!
¡Que todavía nos
falta para suéter!
Es que no iba ahí,
me perdí. Es que el ovillo, yo lo iba a desovillar, por que estaba
curiosa de que había en su interior. Es que yo casi podía escuchar
sus gritos, su gritos todos, sus gritos de algarabía, sus gritos de
placer, sus gritos de protesta, sus gritos desesperados, sus gritos
mudos, sus gritos de llanto, sus gritos de sufrimiento, sus gritos
que se guardaba, que creo eran más que los otros, al menos, varios
días. Yo lo podía escuchar, pero le daba vuelta a esa pelota, que
tan fuertemente se sostenía a sí misma, que podía yo con mis
garras, jugar, tirarla, lanzarla, la hacía rebotar, y nada. Su
centro y su capa más superficial, permanecían ahí, inmutables.
Lejos de este mundo. Lejos de mis pequeñas y finas garras que con
tanto esmero querían liberarla y bailar con ella en todo su
esplendor.
Porque si bien, yo
no podía verlo, y menos saberlo, yo sabia que había mucho, que
había mucho hilo, pero que en el centro había un universo
encerrado. Un universo entero!
Había galaxias,
mundos, satélites, meteoritos navegando como cruceros, y de los que
desafían la velocidad de la luz también.
Conocía sus
maravillas.
Pero ese hilo, todo
ese hilo, tan tenso, y firme.
Ella se hacía la
pelota, la que era de cuero y pegamento, hueca, bah, llena de aire.
Pero no, yo sabía que no era así. Que era permeable, al menos un
poco.
Yo estaba segura que
sentía mis caricias. Cada una de a miles. Que el efecto mariposa de
mis uñas afiladas bañaban de calor sus costas más íntimas y
recónditas.
¡Acá estoy!
No me ves, yo
tampoco, pero acá estamos.
No quiero
desarmarte, quisiera sólo pincharte, un agujerito nomas. Sería para
asomar mi ojo, saludarte alguna vez.
No quiero tampoco
que te pierdas por ese agujero. Quiero liberarte, pero tengo un poco
de miedo, ahora que lo pienso, de que te vayas de mi. Al menos en el
ovillo seguís estando acá, sos mi ovillo. Pero y si te libero, y
después me dejas acá, solo, entretenido con los hilos, pero sin las
fiestas de tu centro que secretamente me disponía a disfrutar desde
afuera. Como un niño en la vidriera de la jugueteria, mirando a
través de la reja las vidrieras empañadas.
Cierro los ojos y
pienso que estoy adentro tuyo.
Es un gran salón,
moderno, muy buen gusto.
Es claro, es todo de
lana.
Poco luminoso, pero
de alguna forma misteriosa, es claro. Podemos saltar hacia todos
lados, no hay arriba, no hay abajo.
Es que en tu
universo, no galaxias, ni mundos, ni satélites como yo creía. Es un
mundo de almohada.
NO HAY GRAVEDAD
Todo es liviano,
podemos flotar, sin caer. Tantas veces soñé con volar, y tan cerca
estabas, y bendecidos nos encontramos, nos hicimos amigos, y la
curiosidad hizo que el gato cerrara los ojos (Pensaron que iba a
matar al gato? Pues no!).
Quien iba a creer
que era tan fácil llegar a vos, que vos estabas abierto, pero yo no
lo veía. Que para verlo, tenía que cerrar mis ojos, dormir mis
garras, relajar mi cuerpo, para que me dejara salir un rato.
Amo tu mundo.
Otras reflexiones.
¿Vino la lana a
este mundo para ser lana? Lana y ya.
¿O la lana esta en
este mundo para cumplir una misión en esta vida?
Y la misión de la
lana, ¿le sirve a la lana? ¿La hace más lana, la hace algo más?
¿O vino sólo para
ser le útil a alguien más? ¿Es su misión ser sumisa?