miércoles, 11 de febrero de 2015

Alguna vez, mi más intima fantasía sexual


Sexo entre almas

El sexo no es solo carne
No es solo cuerpos

El sexo no es carne
No es cuerpos
No es sangre

El sexo es agua
Es luz
Es aire
Es fuego

El sexo es unión
Es yoga
Es nirvana

El sexo del mundo de las ideas.
El más bello, el más completo.

Tomo mis manos,
Se vuelven sierras,
abren tu cabeza,
la destapan
dejo a un lado la tapa de tu cráneo
tomo las tripas de tu cerebro y empiezo a desarmarlas.

Todas tus neuronas en mis manos,
Las dendritas se ensanchan
Son robustas
Tienen fuerza
Y me toman.

Mi cabeza ya esta abierta
Se destapa solo para vos
Cuando te ve, los huesos de mi cabeza se vuelven aponeurosis
Se desgarran, se trasnforman.
No pueden evitar abrirse
Ahora ya son blandos.
Se deja permeable de vos
Nuestras neuronas se entrelazan
Se trenzan
Y se confunden
Quedamos unidos.

En el piso
No podemos ver
No podemos movernos
No podemos percibir ni entender
Solo sentirnos.
Solo amarnos
Solo cogernos abiertos las mentes.

Pequeño poema empolvado


Quisiera no tener cuerpo
Hoy no lo tengo
Hoy no tengo cuerpo
No quiero
Y hago lo que quiero
Y eso es hermoso

Ser solo eter
Solo energia
Vivir energia
Sin siquiera vivir
Solo ser
Sin siquiera ser
Solo
Solo…
Ente
Eter
Energia
Sustantivo sin verbo
La No accion
El ser sin la accion del ser
El ser sin tiempos
El momento eterno del sujeto sin estar sujeto.

El ovillo de lana


Siento que estoy ante un ovillo de lana al que no le encuentro la punta para empezar a desovillarlo. Que luego, una vez que la encuentre, que creo que esta atada, voy a desandar todos sus caminos, voy a liberarlo de él mismo, de su auto encierro, de sus mil vueltas, sus cavernas, escondites. Voy a liberar sus partes aireadas que pierden el color, sus partes internas que no respiran desde que nacieron en aquella maquina industrial ¿o fue de las manos curtidas que hilaron el pelo de una oveja? Ya ni sabe, no se acuerda. Voy a relajar todas sus fibras estiradas.
Cuando este toda afuera, toda libre, cuando toda la lana tenga ya el mismo grosor y color de punta a punta, cuando pueda crear de nuevo sus curvas, como más le plazca o se deje moldear por nuevos espacios. Amo verte improvisar un baile nuevo, mi querida lana.
Pues bien, entonces, cuando seas libre decíamos, ahí qué hacemos? Hacia dónde vamos?
¡Bailemos lana!
¡Que todavía nos falta para suéter!

Es que no iba ahí, me perdí. Es que el ovillo, yo lo iba a desovillar, por que estaba curiosa de que había en su interior. Es que yo casi podía escuchar sus gritos, su gritos todos, sus gritos de algarabía, sus gritos de placer, sus gritos de protesta, sus gritos desesperados, sus gritos mudos, sus gritos de llanto, sus gritos de sufrimiento, sus gritos que se guardaba, que creo eran más que los otros, al menos, varios días. Yo lo podía escuchar, pero le daba vuelta a esa pelota, que tan fuertemente se sostenía a sí misma, que podía yo con mis garras, jugar, tirarla, lanzarla, la hacía rebotar, y nada. Su centro y su capa más superficial, permanecían ahí, inmutables. Lejos de este mundo. Lejos de mis pequeñas y finas garras que con tanto esmero querían liberarla y bailar con ella en todo su esplendor.
Porque si bien, yo no podía verlo, y menos saberlo, yo sabia que había mucho, que había mucho hilo, pero que en el centro había un universo encerrado. Un universo entero!
Había galaxias, mundos, satélites, meteoritos navegando como cruceros, y de los que desafían la velocidad de la luz también.
Conocía sus maravillas.
Pero ese hilo, todo ese hilo, tan tenso, y firme.
Ella se hacía la pelota, la que era de cuero y pegamento, hueca, bah, llena de aire. Pero no, yo sabía que no era así. Que era permeable, al menos un poco.
Yo estaba segura que sentía mis caricias. Cada una de a miles. Que el efecto mariposa de mis uñas afiladas bañaban de calor sus costas más íntimas y recónditas.
¡Acá estoy!
No me ves, yo tampoco, pero acá estamos.
No quiero desarmarte, quisiera sólo pincharte, un agujerito nomas. Sería para asomar mi ojo, saludarte alguna vez.
No quiero tampoco que te pierdas por ese agujero. Quiero liberarte, pero tengo un poco de miedo, ahora que lo pienso, de que te vayas de mi. Al menos en el ovillo seguís estando acá, sos mi ovillo. Pero y si te libero, y después me dejas acá, solo, entretenido con los hilos, pero sin las fiestas de tu centro que secretamente me disponía a disfrutar desde afuera. Como un niño en la vidriera de la jugueteria, mirando a través de la reja las vidrieras empañadas.
Cierro los ojos y pienso que estoy adentro tuyo.
Es un gran salón, moderno, muy buen gusto.
Es claro, es todo de lana.
Poco luminoso, pero de alguna forma misteriosa, es claro. Podemos saltar hacia todos lados, no hay arriba, no hay abajo.
Es que en tu universo, no galaxias, ni mundos, ni satélites como yo creía. Es un mundo de almohada.
NO HAY GRAVEDAD
Todo es liviano, podemos flotar, sin caer. Tantas veces soñé con volar, y tan cerca estabas, y bendecidos nos encontramos, nos hicimos amigos, y la curiosidad hizo que el gato cerrara los ojos (Pensaron que iba a matar al gato? Pues no!).
Quien iba a creer que era tan fácil llegar a vos, que vos estabas abierto, pero yo no lo veía. Que para verlo, tenía que cerrar mis ojos, dormir mis garras, relajar mi cuerpo, para que me dejara salir un rato.
Amo tu mundo.


Otras reflexiones.

¿Vino la lana a este mundo para ser lana? Lana y ya.
¿O la lana esta en este mundo para cumplir una misión en esta vida?
Y la misión de la lana, ¿le sirve a la lana? ¿La hace más lana, la hace algo más?
¿O vino sólo para ser le útil a alguien más? ¿Es su misión ser sumisa?